Y la verdad es que cambiamos el sofocante calor por las noches frías y los días lluviosos.
Y en un día de éstos, después de más de 80 kilómetros de interminables curvas, 5 puertos de montaña pero un precioso paisaje, nos plantamos en Pitarque (Teruel), para realizar una corta pero bonita excursión, la del nacimiento del río Pitarque.
Iniciamos nuestro trayecto en la parte baja del pueblo, a unos metros de una fuente pública, donde se ubican los primeros paneles informativos sobre las excursiones de la zona. Continuamos descendiendo, siguiendo el cartel que nos indicaba la dirección al nacimiento del Pitarque, por minúsculas calles por la que fluye el agua por pequeños canales pegados a las paredes de las casas; así, hasta llegar a la parte más baja del pueblo donde a la derecha comienza el pequeño camino que en algo más de una hora nos llevará a la zona del nacimiento del Pitarque.
En este punto se encuentra un panel informativo sobre la excursión que vamos a realizar. Debemos de seguir las marcas del GR - 8 (rojas y blancas) hasta pasada la central eléctrica.
Tomamos el estrecho camino que en sus primeros metros atraviesa las huertas del pueblo; éstas, aterrazadas mediante la contrucción denominada piedra en seco.
Dicho camino va ascendiendo poco a poco, pudiendo obvervar los primeros especímenes de arce y conplemplar el majestuoso vuelo del buitre leonado en la rocosa pared que emerge por nuestra derecha. En la ladera opuesta, el quejigo es el árbol protagonista. A estas alturas, ya se puede intuir el camino que nos llevará hasta el nacimiento, encajonado en el fondo del valle.
Continuamos andando, siempre siguiendo las marcas blancas y rojas, desechando cualquier senda o camino que nos surja tanto a la izquierda como a la derecha. A los pocos minutos, llegaremos a la ermita de la Virgen de la Peña, buen lugar para realizar un corto descanso, sentados en el interior de la entrada de la ermita.
A partir de aquí, el camino se transforma en senda. Una vez terminado nuestro descanso, seguiremos caminando para poco después oir el rugir del agua que nos indica la presencia de una cascada próxima, la cuál atravesamos llegando hasta la central eléctrica, hoy en desuso.
Continuamos nuestro itinerario, pasando al lado de otra cascada. Ambas cascadas son el fruto de filtraciones del canal que se dirige a la central, pudiendo observar dicho canal en una zona de rocas travertínicas, un poco más adelante. Poco a poco, y siempre en suave ascenso, vamos adentrándonos en el cañón que forma en su inicio el Pitarque.
Seguimos con nuestra excursión y pocos minutos después, la senda se bifurca. Tomamos el ramal de la izquierda, denominado PR - TE 67, por lo tanto, a partir de ahora debemos de seguir las marcas amarillas y blancas. Por el ramal de la derecha, nos dirigiríamos a Cañada de Benatanduz por el citado GR - 8. Debo de reconocer que no se a ciencia cierta, el lugar exacto del cruce de sendas anteriormente citado. Creo recordar que está pasado la central eléctrica pero lo que es seguro es que es después de cruzar la ermita. Resumiendo, o entre la ermita y la central o pasado la central. Lo que está claro es que no hay perdida posible.
Conforme transcurre nuestro caminar, vamos dándonos cuenta de que la vegetación es más densa, gracias al estupendo estado de conservación del bosque de ribera del Pitarque.
Sauces, chopos, fresnos, serbales, arces, avellanos... lo atestiguan.
A partir de aquí, algunas sendas nos salen por la izquierda, bien nos llevan a algún mirador natural del valle o se dirigen a la orilla del Pitarque, con sus asombrosas pozas de colores bellísimos.
Minutos después, la senda se bifurca, debiendo tomar la de la izquierda para pocos minutos después, atravesar el río Pitarque por un puente de cemento.
Nada más pasarlo, girar a la derecha, circulando por debajo del abrigo natural que ha creado la erosión del agua. Es en toda esta zona donde el río Pitarque "nace", por alguna de sus múliples surgencias de agua, ya que es de varios sitios donde el agua brota de la pared.
Uno de estos sitios es un tubo con forma de cara de guerrero que en épocas de gran caudal de agua, brota por su interior expulsando el agua por abajo como si la estuviera escupiendo. Además, se puede ascender a la cima de dicho tubo mediante "grapas" y agujeros tallados en la piedra para apoyar los pies.
Podemos dar por finalizada aquí la excursión o continuar un poco más adelante, cruzando el río por piedras estrategicamente colocadas hasta llegar a una poza, la cuál recibe su agua mediante una cascada, siendo este el lugar donde se dice que nace el Pitarque, también denominado como "Ojos del Pitarque".
Y es que, realmente el río Pitarque nace en el término municipal de Fortanete, muy cerca de dicha población, por la unión de los barrancos de Mal Burgo y de la Hoz. Dicha fusión está unos cuántos kilómetros más arriba pero como allí el río prácticamente carece de agua y lo poco que brota pronto se sumerge, es aquí donde le han dado la catalogación de nacimiento.
Por cierto, la pequeña presa que habita en este lugar, servía en el pasado para llevar el joven agua a la central eléctrica mediante el canal que habíamos visto anteriormente.
Bueno, ahora si damos por terminada está magnífica excursión, una de las mejores que se pueden realizar en el Maestrazgo turolense. Obviamente, el camino de vuelta es el mismo que el de ida, pudiendo volver a disfrutar de todo lo acontecido anteriormente.
Si vamos en época estival, podremos disfrutar de un refrescante, mejor dicho, muy refrescante baño en alguna de las pozas que crea el río, pudiendo compartir zonas de baño que utilizan la nutria y la trucha común, animales que junto a los anteriormente citados buitres leonados y cabras montesas son los auténticos pobladores de este maravilloso enclave natural que por cierto, va a ser nombrado monumento natural por el gobierno aragonés. Enhorabuena, Pitarque.
¡Ah!. Una cosa más. Pronto aprendí el porqué del verdor de esta zona y ni más ni menos que es la cantidad de agua, no la del río sino la del cielo, porque nos calló una tromba de agua que duró casi hora y media. Menos mal que entre los árboles y la ermita evitaron que acabásemos empapados.
DATOS RUTA
La distancia horizontal está tomada a la vuelta de la excursión, no a la ida, por problemas técnicos.
Los datos del perfil los he invertido, ya que tuve problemas técnicos con el GPS a la ida de la excursión. Por lo tanto el perfil correcto lo logré a la vuelta.
Tiempo empleado >>> 1,27 horas
ACCESO
Llegamos a Pitarque después de menos de 4 kilómetros de la estrecha carretera TE-V-8042, que nace en un cruce de la carretera A-1702 que une los pueblos de Ejulve y Villarluengo.
A los pocos metros después de entrar en el pueblo, nos encontramos con la iglesia, lugar donde dejaremos nuestro vehículo a ser posible. Si no hubiera sitio, podemos aparcarlo a un lado de la carretera siempre y cuando no estorbe.
Al lado de la iglesia, ya encontramos la primera indicación hacia el nacimiento del río Pitarque y solamente tendremos que seguirla, callejeando por el pueblo y siempre en bajada, hasta encontrar la segunda indicación, siguiéndola hasta llegar a una fuente con un antiguo lavadero público y a los pocos metros encontrarnos con los primeros carteles informativos de las rutas que podemos realizar por esta zona. Aquí es donde empezará nuestra excursión.
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