Y para ello, nos dirigimos hacia la comarca del Rincón de Ademuz, que, aunque en territorio aragonés, pertenece a Valencia.
Nuestro punto de inicio es el pequeño núcleo urbano de Puebla de San Miguel (Valencia).
Comenzamos nuestra excursión en la plaza de la iglesia de San Miguel, girando hacia la izquierda, siguiendo recto hasta el cruce de la carretera CV-363, que une los pueblos de La Losilla con Riodeva y Camarena de la Sierra.
Tomando la dirección hacia La Losilla, hacia la derecha, iremos caminando sobre el asfalto de la carretera CV-363, por lo que llevaremos precaución y, siempre, circulando por la izquierda.
A los pocos metros, nos encontramos a mano izquierda, una casa forestal y junto a ella una señal del PR-CV 131.8, por el cuál transitaremos a la vuelta.
Seguimos por la carretera, y unos metros más adelante, nos encontramos a la derecha, la ermita de la Purísima, la cuál visitaremos, teniendo cuidado al cruzar la carretera.
Una vez echado un vistazo al monumento religioso, proseguimos nuestra excursión. Hacia la derecha y nuevamente por la carretera, seguiremos la vía asfaltada hasta llegar a una pista forestal que nos saldrá a nuestra izquierda, con cartel informativo de direccíon y distancia hacia el mirador del Mirar Bueno y las sabinas milenarias de las Blancas.
Tomamos dicha pista forestal, que durante unos largos minutos y en contínuo ascenso, nos enseñará unas bonitas vistas del parque natural de la Puebla de San Miguel, donde los pinos y las sabinas son dueñas del terreno.
Unos cuántos minutos después, llegaremos a un collado, donde está ubicado un corral para el ganado, junto a una gran sabina, donde se ubica unos pocos metros más adelante, hacia la izquierda, un sendero con las marcas amarillas y blancas del PR-CV 131.8, que de momento no tomaremos, sino a la vuelta.
Por lo tanto, continuamos nuestro camino, siguiendo la pista forestal que sigue ascendiendo.
Pasaremos al lado de un depósito de agua, casi seguramente instalado para sofocar incendios forestales. Al cabo de unos minutos, y, en otro collado, un camino nos sale hace la izquierda, con indicación hacia el mirador del Mirar Bueno. Lo tomamos.
Continuamos por este nuevo camino, ahora en bajada, desechando un camino muy poco visible que nos sale por la izquierda, hasta llegar al mirador del Mirar Bueno, excelente sitio para contemplar Puebla de San Miguel y sus alrededores y, para descansar un rato después de una larga subida, en el banco de madera junto a la sombra de una sabina albar.
Una vez tomado un merecido descanso y habiendo repuesto energía, continuamos nuestra ruta, volviendo sobre nuestros pasos, hasta el cruce donde está situado el cartel que nos señala la dirección hacia el mirador.
Giramos hacia la izquierda, y unos minutos después, junto al camino contemplamos una enorme sabina albar en una curva hacia la izquierda. Atención, por que poco después, un sendero nos saldrá a nuestra izquierda (que si mal no recuerdo, tenía una estaca de madera pintada con los colores de PR), el cuál debemos tomar. Si nos pasamos dicha senda, no hay problema, ya que unos minutos después, siguiendo por la pista forestal, un camino a mano izquierda nos llevará a nuestro destino. Pero el recorrido por la senda es más corto y más bello.
La senda continúa en descenso hasta cruzar una pequeña rambla, prosiguiendo en subida hasta llegar a un camino. Lo atravesamos y... nuestros ojos se llenan de asombro contemplando los enormes árboles existentes. Estamos en el paraje de las Blancas, lugar donde habitan las sabinas albares más impresionantes y viejas de la Comunidad Valenciana.
Estos árboles relictos que según algunos técnicos en la materia, tienen una edad comprendida entre los 1000 a 2000 años, son auténticos fósiles vivos que la madre naturaleza los conserva con una excelente salud.
Algunos ejemplares con sus tortuosos troncos, y, sobre todo, con su enorme porte (véase el especimen humano alojado junto a uno de ellos), hacen, de este paraje, uno de los más maravillosos lugares de la geografía ibérica.
Dispondremos de todo el tiempo que deseemos para visitar todas las sabinas albares del lugar, fotografiándolas y rogando para que a ningún humano se le ocurra "profanar" este precioso enclave natural. También existe una fuente en este paraje.
Una vez visto el paraje en profundidad y haber descansado bajo la sombra de alguna de estas sabinas, continuaremos nuestro recorrido volviendo sobre nuestros pasos.
Primero, cogeremos la senda por la que vinimos hasta llegar a la pista forestal. Una vez en ella, giramos hacia la derecha hasta llegar a la senda balizada como PR-CV 131.8, cercana al collado donde se ubica el aprisco por el que pasamos en la subida hacia las sabinas. Ni que decir tiene, que pasamos de largo el camino que nos conduce hacia el mirador del Mirar Bueno.
Tomamos la senda hacia la derecha, que en contínua y algo resbaladiza bajada, nos deja en el barranco del Chorro, qué, por cierto, antes de cruzarlo, hay una zona donde existen ejemplares de fósiles (que por mucho que miramos, nosotros no vimos ninguno).
Una vez cruzado dicho barranco, seguimos por la senda por el margen derecho del barranco del Chorro, hasta llegar a la fuente del Javandal.
Siguiendo la senda en contínua bajada, unos minutos después observaremos la cercana población de Puebla de San Miguel, cerciorándonos del poco tiempo que nos queda de excursión.
Continuamos por la senda hasta llegar a una edificación donde hay una balsa y una gran encina. Giramos hacia la izquierda y siguiendo este camino, nos llevará hasta la casa forestal situada junto a la carretera CV-363, que vimos al poco de iniciar este itinerario.
Ahora, solamente nos queda girar a la derecha, caminando (por la izquierda) por la carretera CV-363 hacia Puebla de San Miguel, llegando al cruce de la carretera. Seguimos hacia la izquierda, ya en el pueblo, para girar una última vez hacia la derecha y desembocar en la plaza de la iglesia de San Miguel, final de nuestro recorrido.
No se me quita de la cabeza las escultóricas figuras de las sabinas albares de las Blancas, pensando en la cantidad de aves que se habrán posado en sus ramas; los gélidos inviernos que llevan, postradas estoicamente sin quejarse, puesto que, como nosotros, son seres vivos; solo piden que se les trate bien, que ningún humano tale su cuerpo ni queme su hogar y ellas nos devolverán ese afecto, dándonos sombra en un sofocante día veraniego.
La verdad es que sólamente ellas, se merecen la protección de parque natural de la Puebla de San Miguel.
DATOS RUTA
Tiempo empleado >>> 2,54 horas
ACCESO
Llegamos a Puebla de San Miguel desde La Losilla a través de las sinuosas carreteras CV-363 (en dos tramos) y TE-V-6011, después de casi 19 kilómetros.
Giramos a la izquierda en el cruce existente en la carretera CV-363 y entramos en Puebla de San Miguel. Si siguiéramos a la derecha la carretera nos llevaría a las poblaciones turolenses de Riodeva y Camarena de la Sierra.
Seguimos la calle recto y al final de ella, giramos a la derecha, ubicándonos en la plaza de la iglesia de San Miguel, donde estacionaremos nuestros vehículos, si es posible.
Si no encontramos ningún lugar para estacionar, podremos dejar nuestros vehículos a la entrada del pueblo, cerca de una fuente, siempre y cuando no estorbe al tránsito rodado.
La semana pasada, lunes, salimos de Alicante y realizamos parte de la ruta referida en tu relato. Quedamos impresionados por las sabinas blancas y todo su entorno hasta la cima del Alto de las Barracas o Cerro Calderón. Visitamos el Pino Vicente donde nos cayeron unos pequeños copos de nieve, y posteriormente llegamos hasta el Gavilán. Lo hemos pasado genial. Saludos
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