Después de un aplazamiento de fecha y cambiando el lugar donde "montamos" nuestro "campamento base", por fin pudimos visitar el parque nacional de las Tablas de Daimiel.
Cuatro valientes salimos de nuestro pueblo dispuestos a visitar en un fin de semana los mayores humedales manchegos, las Tablas de Daimiel y las lagunas de Ruidera, ya que era el momento oportuno para su visita, puesto que ambos rebosan agua por todos lados.
Tanto mi mujer como yo, nunca habíamos estado en el parque nacional, mientras que los otros dos compañeros sí lo habían visto pero no llenas como están en la actualidad. Por lo tanto, todos estábamos deseosos de ver el estado hídrico de las Tablas y observar la avifauna existente en esta época del año.
Muy temprano nos despertamos el Sábado, para dirigirnos hacia Daimiel (Ciudad Real) y desde allí acceder a las Tablas de Daimiel. Algo más tarde de las 8 de la mañana, estábamos preparados para visitar el lugar. Un par de coches y alguna autocaravana eran las únicas señales de que habíamos llegado a tiempo, ya que unas horas después, centenares de vehículos y algunos autobuses colapsaban el aparcamiento y una enorme marea humana inundaba las Tablas.
Decidimos realizar el itinerario de la Isla del Pan, que es la que vamos a describir en éstas líneas.
Nuestro trayecto comienza enfrente del centro de visitantes del parque nacional, donde acaba el aparcamiento, junto a los indicadores de las tres rutas posibles.
Iniciamos nuestra marcha hacia la izquierda, siguiendo las indicaciones de las rutas de la Isla del Pan y de la Laguna Permanente. A los pocos metros giramos hacia la derecha, dejando al frente el camino que se dirige hacia la laguna.
Unos minutos después, un camino a la derecha se dirige hacia la laguna de Aclimatación, que después visitaremos. Seguimos recto y un poco más adelante ya veremos las típicas pasarelas de madera tan famosas en este lugar.
Antes de transitar por las citadas pasarelas, nos dirigiremos hacia la izquierda para ir al primer balcón de la ruta. Después de la primera ojeada, volvemos sobre nuestros pasos y hacia la izquierda nos internaremos en la primera de las muchas pasarelas que habitan en el tablazo.
Seguimos caminando y nos volvemos a dirigir a la izquierda para ir al segundo balcón de la jornada. Volvemos nuevamente atrás y seguimos hacia la izquierda para adentrarnos en la primera de las islas.
Unos metros más adelante nos encontramos con la siguiente pasarela. Es en este lugar donde vive la famosa barca de pescadores que no hace mucho tiempo atrás, simbolizaba claramente el estado de las Tablas de Daimiel, puesto que yacía inerte en el seco terreno en el que antaño navegaba.
Seguimos caminando, girando nuevamente hacia la izquierda para ir a otro balcón. Marcha atrás otra vez, y hacia la izquierda seguimos nuestro recorrido, atravesando la pasarela que en este lugar ha sido reciéntemente rehabilitada. Unos metros más adelante, nos encontramos una bifurcación: a la izquierda seguiríamos nuestro recorrido pero nosotros tomamos el camino de enfrente que nos indica al observatorio de la isla del Pan.
Nos internamos en la isla del Pan y seguimos recto en el siguiente cruce, ya que por la izquierda es por donde volveremos. Comenzamos a subir pasando al lado de una típica construcción de este humedal, una cabaña de pescadores, hasta llegar al observatorio ubicado en lo alto de la isla.
Un enorme prismático allí ubicado nos servirá de ayuda para visualizar la zona noreste del parque nacional, siguiendo el curso del río Cigüela.
Es casi una obligación en las Tablas de Daimiel de llevar, aparte de la cámara fotográfica, unos buenos prismáticos; y digo buenos porque es en ocasiones como ésta, en la que te das cuenta de que tus prismáticos pequeños y ligeros, no sirven de nada para, por ejemplo, avistar a alguna de las 250 especies de aves que habitan en este humedal.
Continuamos nuestro recorrido bajando por el sitio contrario al que subimos y unos metros después nos internamos en el bosque de los tarayes. El taray es el árbol característico de las Tablas y en esta zona es donde tiene su mayor densidad, acompañado de una hermosa pradera. Continuamos nuestro recorrido pasando al lado de varios tarayes de gran porte hasta llegar al camino de subida al observatorio. Giramos hacia la derecha para pocos metros después tomar nuevamente la derecha, abandonando definitivamente la isla del Pan.
Continuaremos nuestro recorrido paseando por encima de las pasarelas, sin dejar de observar el agua situada casi a la altura de nuestros pies. Si tenemos suerte, podremos contemplar algún ejemplar de galápago, el europeo y el leproso.
Pronto alcanzaremos otro balcón al cual nos dirigiremos hacia la derecha para observar esta zona del parque nacional.
Después del vistazo, marcha atrás, siguiendo por la derecha y atravesar la última de las pequeñas islas que hemos atravesado (3 en total). La verdad es que es una delicia caminar por estas bellas pasarelas.
Unos minutos después y antes de pisar tierra firme, nos dirigiremos al último balcón situado a nuestra izquierda para echar el último vistazo de las Tablas mediante estos miradores de madera.
Las plantas acuáticas que forman este humedal, lo componen en su mayor parte la masiega, siendo éste el mayor masegar de España y de Europa Occidental, seguida del carrizo y de la enea.
Nuevamente volvemos sobre nuestros pasos, siguiendo nuestra ruta hacia la izquierda para poco tiempo después encontrarnos con el camino que se dirige hacia la laguna Permanente.
Tomamos dicho trayecto girando hacia la derecha. Por este camino, desnudo de pasarelas, llegaremos en unos minutos al entorno de la laguna Permanente, lugar en el que siempre hay agua, ya que un pozo cercano abastece a este lugar en momentos de sequía.
Caminando en silencio, intentaremos observar el vuelo de varias de las aves que habitan en este rincón del parque nacional. Al poco tiempo nos desviaremos a la derecha para internarnos en un observatorio. Dicho "mirador camuflado" nos permite ver a diversas aves del humedal, dependiendo de la época del año que vayamos a las Tablas. Éste observatorio tiene dos puertas, pudiendo entrar en las dos en busca de una buena fotografía o avistamiento.
Salimos del observatorio y siguiendo nuestro camino hacia la derecha, iremos en paralelo a algunos ejemplares de álamo blanco, que nos acompañarán hacia el último de los observatorios faunísticos, lugar donde acaba el trayecto de la laguna Permanente. Nosotros no pudimos llegar a él, ya que estaba inundado el acceso al observatorio.
Puntualizar que es en éste sector del parque nacional, donde las aguas dulces del río Guadiana entran a través del molino del Molemocho, sufriendo sus primeros encharcamientos en la zona de la laguna Permanente.
Volvemos sobre nuestros pasos hasta llegar al cruce en que salimos del trayecto de la isla del Pan y nos internamos hacia la laguna Permanente. Ahora, seguiremos recto para en pocos minutos llegar a la otra bifurcación, la que pasamos al principio de nuestra ruta y que se dirigía hacia la isla del Pan. Seguimos recto y en muy pocos metros habremos llegado al inicio de nuestra excursión, el parking del centro de visitantes.
Pero nuestra visita a este humedal, no se ha acabado todavía. Seguimos recto, siguiendo las indicaciones hacia la torre de Prado Ancho. A los pocos metros, giramos hacia la izquierda. El camino se dirige hacia la laguna de Aclimatación. En el siguiente cruce, tomamos la senda de la derecha, que nos llevará hacia la citada laguna.
Estamos en el mayor observatorio de las Tablas de Daimiel. Disponemos de dos puertas para entrar en él. Se aconseja entrar en las dos partes del observatorio para disponer de una mejor visión de las aves que habitan en él.
La citada laguna de Aclimatación, sirve de alojamiento inicial a especies faunísticas, que por diversos motivos tienen que pasar una temporada en semilibertad, ya que el espacio de la laguna está cerrado por una malla para que ningún ave escape. Y además, sirve para que los visitantes al parque nacional, se familiaricen con las especies acuáticas que viven en el humedal manchego.
Especies anátidas como el azulón, tarro blanco, ánsar, porrón moñudo, pato colorado o cuchara común ("Fotón", "Braulio" o "Trozo de Carne", nombres "populares" de dichas aves), habitan en la laguna de Aclimatación.
Podemos tomarnos todo el tiempo que haga falta, ya que disfrutaremos de sus gráciles movimientos y sobre todo, de la belleza de dichas aves. Solamente hay que respetar una norma, guardar silencio. Y si debemos de hablar, en voz baja para no molestar a la avifauna. Así, podremos conseguir seguro alguna buena fotografía de las aves acuáticas.
Una vez saciada nuestra curiosidad por las aves residentes, salimos del observatorio, volviendo sobre nuestros pasos hasta llegar al cruce en el que nos internamos hacia la laguna de Aclimatación. Ahora, seguiremos hacia la derecha por un camino que nos dejará en el trazado que nos lleva a la isla del Pan, y que ya rebasamos al principio de la excursión.
Giramos hacia la izquierda y pocos metros después volvemos a girar hacia la izquierda para llegar al punto de inicio de nuestra ruta, el parking del centro de visitantes, ahora sí, final del recorrido.
La verdad es que me ha impresionado éste lugar, ya que la vista de la lámina de agua es inmensa. Las mejores horas para visitar las Tablas de Daimiel, es o bien al amanecer o al atardecer, con bellos colores y reflejos en el agua.
¡Quien nos iba a decir que en el mes de Marzo del 2010 iba a estar encharcada el 100% de la superficie posible del parque nacional de las Tablas de Daimiel!.
Sobre todo, cuando en el pasado Otoño, varias zonas del parque nacional ardían en el subsuelo del tablazo, a causa de la combustión de la turba. Entonces poco más del 1% del espacio natural estaba encharcado de agua. La vida de las Tablas corría peligro.
Pero una vez más, la madre naturaleza nos regaló el agua para que este maravilloso enclave natural renazca de sus cenizas, y ser un destacado humedal por la riqueza animal y vegetal que en estos desbordamientos dulces y salobres nos brinda la Mancha húmeda.
¡Pero ojo!, ha sido un aviso bastante importante y debemos de aprender de los errores. Solo espero que los que "mandan", no sean partícipes en la destrucción y desecación, de uno de los mayores humedales castellanos, las Tablas de Daimiel.
DATOS RUTA
Tiempo empleado >>> 3,14 horas
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ACCESO
Desde Daimiel, seguir las indicaciones hacia el parque nacional de las Tablas de Daimiel, cogiendo un camino asfaltado desde las afueras del pueblo.
Éste camino pasa por debajo de la N-430, teniendo una distancia de algo más de 10 kilómetros, finalizando en el centro de visitantes del parque nacional.
Por el citado camino, dejaremos a la izquierda la laguna de la Albuera y a la derecha, la laguna de Escoplillo. Y como no, atravesaremos el río Guadiana a su paso por el molino del Molemocho, hoy en día, reconvertido en centro de visitantes. Pero éste no es el centro de visitantes que buscamos, sino el siguiente, a algo más de 1 kilómetro desde el molino.
Este camino asfaltado está bastante bien señalizado. Sólo un camino nos puede confundir. Y es el camino asfaltado que sale desde la izquierda pasados 4 kilómetros desde la salida de Daimiel. Nosotros seguiremos recto pero si lo siguiéramos, nos llevaría a la parte oeste de las Tablas de Daimiel, donde se ubica la presa y el molino de Puente Navarro, lugar de salida del Guadiana del parque nacional.
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