IBERIA NATURA

Dicen que hace muchos años, una ardilla podía cruzar la península Ibérica de lado a lado sin bajarse de los árboles. Eso hoy en día, a cambiado bastante.
Pero tenemos la satisfacción de contar con el país de mayor biodiversidad de flora y fauna de todo el continente europeo.
Más del 12% del territorio español está protegido por alguna denominación como Parque Nacional, Parque Natural, Reserva Natural, Paisaje Protegido, etc. Eso supone la protección de más de 6 millones de hectáreas terrestres y más de 254000 hectáreas marinas.
Es maravilloso caminar por alguno de estos espacios y observar el vuelo de un águila imperial; el ruido de un arroyo precipitándose por una cascada; el escándalo de la berrea producida por el celo del ciervo; el cambio de color de los hayedos en otoño...
Por todo esto y más, me lancé a crear este blog, para que a las personas que les guste caminar y observar la fauna y flora, sepan donde están los rincones naturales más bellos de este increible país de contrastes.
NO SOLO LOS HOMBRES HABITAMOS ESTE PLANETA.
¡¡¡CUÍDALO!!!



14 abril 2011

PUIGMAL

En esta ocasión, nuestras piernas se dirigen hacia el pico más alto de la provincia de Girona, el Puigmal o Puigmal d'Er (Puigmal de Er, en castellano).

Desde el pueblo de Queralbs (Girona), parte una pista asfaltada que luego se convierte en tierra y que nos deja en la collada de Fontalba, un collado donde dejaremos nuestros vehículos y dará comienzo la excursión.

Aunque el ascenso clásico a esta cumbre pirenaica se realiza desde el santuario de Núria, nosotros decidimos subir desde la collada de Fontalba por dos razones: la primera, nos ahorramos algo más de 100 metros de desnivel, y la segunda, y principal, el tema económico, porque si tomamos el tren de cremallera para acceder al santuario de Núria desde Queralbs, te cuesta casi 11€ mínimo; eso si compramos un billete de ida, puesto que si el trayecto es ida y vuelta, el precio lógicamente sube. Y la opción de recorrernos a pie el sendero GR-11 desde Queralbs, la desechamos por cuestión de tiempo y, como no, por los más de 1700 metros de desnivel positivo. Además, éste recorrido ya lo habíamos realizado con anterioridad.

Nuestro recorrido comienza en el límite que marcan la piedras que cortan el camino que viene desde Queralbs. Atravesamos las piedras por un paso habilitado a los transeúntes y lo primero que observamos es una senda que sigue de frente pero que progresivamente va girando hacia la izquierda. Éste es el GR-11.8, sendero de gran recorrido balizado por marcas de pintura rojas y blancas, que se dirige hacia el santuario de Núria. Ésta senda no la tomaremos, por consiguiente, avanzaremos por una traza de camino hacia la izquierda, dirección O, que atraviesa el praderío herboso que nos rodea.

Una vez tomada dicha dirección, unos metros más adelante, nos encontramos una senda que surge por la izquierda, que no tomamos. Dicha senda es la continuación del GR-11.8, con dirección al refugi Corral Blanc (refugio Corral Blanco), en las proximidades de la localidad de Planoles. El citado GR-11.8, que une el pla de les Tores (plano de las Tores) donde se ubica la font de l'Home Mort (fuente del Hombre Muerto) con la creu d'en Riba (cruz de en Orilla, en castellano), es una variante del sendero de gran recorrido GR-11, que recorre todo el macizo montañoso de Pirineos.

Por lo tanto, el pequeño tramo que hemos recorrido, pertenece al GR-11.8, aunque no hay ninguna indicación de ello. Dejamos la senda del GR a la izquierda, para proseguir de frente. Pocos minutos después, otra senda nos vuelve a surgir a nuestra zurda, que no tomamos, aunque si lo hiciéramos, nos dejaría por el camino que llevamos unos metros más adelante.

Unos cuántos metros después, otra senda nos sale por la derecha, la cuál tampoco tomamos, puesto que se dirige a una construcción en ruinas. Poco tiempo después, otra senda se nos incorpora por la izquierda, siendo ésta la que nos surgía unos metros atrás, y por supuesto, no tomamos.

Ya hemos ascendido unos cuántos metros, y parece que las trazas de camino por el que transitamos desaparece. A partir de ahora, nuestra dirección correcta será NO, girando progresivamente hacia la derecha, por trazas de un sendero no muy marcado pero inconfudible, ya que no atravesaremos ningún otro hasta la cumbre.

Visualmente, debemos de ascender el cerro que tenemos enfrente. Si nos giramos, obtendremos unas bonitas vistas del praderío que atravesamos y, al fondo, las montañas que rodean el valle de el (lo) Freser.

Poco a poco vamos ascendiendo metros, y, aunque el cielo está completamente despejado, no hace mucho calor, aunque hecho en falta los árboles o arbustos que casi siempre nos acompañan en nuestras excursiones, ya que a partir de la collada de Fontalba, el pino negro, que es el porte arbóreo que habita a más altura en esta zona, desaparece.

Unos minutos después, la senda parece desaparecer pero deja de ascender, caminando prácticamente sin desnivel. Estamos casi pegados al pico Cim de la Dou, que tenemos a nuestra izquierda y es el cerro que veíamos desde el praderío de la collada Fontalba. Podemos seguir avanzando por donde vamos, sin prácticamente marcas del sendero o subir los pocos metros que nos faltan a la izquierda hacia la cumbre de la Dou. Dará igual el itinerario que tomemos, puesto que de una u otra manera, tenemos que descender unos pocos metros para llegar al coll del Borrut (cuello, o mejor dicho, collado del Borrut), donde se ve, sin ningún tipo de duda, el sendero de subida, viendo claramente por primera vez, nuestro objetivo, el pico Puigmal (aunque el lugar donde se ubica el punto geodésico no se puede ver todavía).

Este será un buen lugar para tomar un merecido descanso. Con la perspectiva que tenemos, podemos observar claramente que a partir de ahora, vamos a caminar por la cresta de la montaña. Por lo tanto, descendemos del pico Cim de la Dou hasta el collado del Borrut, para reiniciar nuestro ascenso al Puigmal.

La senda es muy clara, y ya no tendrá pérdida posible puesto que ninguna otra senda nos saldrá en nuestro recorrido. Aparte, hitos de piedra nos marcarán a partir de ahora la dirección correcta, que seguirá siendo NO.

Avanzamos poco a poco, a veces adelantando a personas que llevan un ritmo menor. Personalmente, voy parando cada pocos metros para esperar a mi acompañante, a mi mujer, que lleva un caminar más lento que el mío. Es la primera vez que está a estas alturas y eso se nota. Pero no me molesta en absoluto, ya que lo importante es poder compartir experiencias y, sobre todo, las tremendas vistas que nos ofrecen picos como éste.

A estas alturas, en el piso alpino, puesto que no encuentro ningún ejemplar de una preciosa flor que habita por estos lugares, la genciana pirenaica, reconocible por su poderoso color azulado, me dispongo, mientras camino cuesta arriba, a buscar a los animales que viven en estas alturas, sobre todo muflones y rebecos, éstos últimos llamados isard en esta parte de los Pirineos catalanes. No tengo suerte, pero de repente veo venir hacia mí y ascendiendo, a un especimen humano con la parte superior desnuda, con un minúsculo pantalón corto y ataviado con una riñonera en la que porta una pequeña cantimplora; pasa junto a mí, me saluda y como un Ferrari conducido por Fernando Alonso que adelanta a un Hispania, le veo alejarse cada vez más de mí en dirección hacia el Puigmal. No he visto ungulados pero... este hombre es lo que más se le parece. ¡Madre mía, si sube más rápido que las propias "cabras"!.

Unos metros más arriba, el sendero nos dá un respiro. Estamos en la zona denominada el Bressol (la Cuna, en castellano). Nosotros aprovechamos para descansar y, de paso, tomarnos un pequeño tentempié, ya que parece que el sendero llanea durante unos cuantos metros.

Una vez repuestos de energía, proseguimos la excursión. En efecto, en la cresta se forma un rellano de unos pocos metros para, posteriormente y en dirección N, atravesar la parte más dura del ascenso. Aquí, una sucesión de cortos pero duros zigzags salvan en muy poco tiempo bastantes metros de altura.

Para poner más dificultad a este tramo, me doy cuenta de que se aproxima una invitada no grata en la montaña, la niebla.

Después de unos cuántos minutos ascendiendo por la pedregosa cresta, el sendero va suavizando poco a poco su inclinación. Lo que aprovecho para esperar a mi mujer, que la veo llegar surgiendo entre la niebla.

Va fuerte, se lo noto en la voz. Después de la semana que llevamos (Núria, Canal del Cristall y Sant Jeroni), pensaba que le pasaría factura; todo lo contrario, está más fuerte que nunca; bueno, ¡como el "cabra" medio desnudo que me adelantó subiendo no!.


Después de un merecidíso trago de agua, proseguimos con la ruta para unos metros después, y ahora sí, divisar el punto geodésico que nos indica el lugar exacto del pico Puigmal.


Sólo unos cuántos metros nos separan de nuestro objetivo.

Avanzamos poco a poco, tomándonos con calma los últimos metros de ascenso al Puigmal, que lo tenemos, como podemos ver en la fotografía, en dirección NO.

Unos minutos después y, a escasos metros del pico, un sendero que no tomamos nos surge a nuestra diestra. Dicha vía es la que viene desde el santuario de Núria, pudiendo llegar hasta el edificio religioso por dos senderos distintos: el primero, el itinerario clásico, es el que discurre por el torrent de la Coma de l'Embut (torrente de la Coma del Embudo) y el segundo, es el que va cresteando hasta el coll (collado) de Finestrelles y descendiendo por el torrent (torrente) de Finestrelles.

Giramos hacia la izquierda en dirección O y, a los pocos metros, pasamos al lado de una gran cruz metálica para continuar hacia el punto geodésico, que nos señala, que acabamos de llegar al pico más alto del Pirineo oriental, el Puigmal.

Nos encontramos a 2911 metros de altura, punto provincial más alto de Girona.

Las vistas que tenemos de la Alta Cerdaña francesa y las cumbres que rodean Núria en la comarca del Ripollés son excelentes.

Jugamos a tener un pie en Francia y el otro en España. Estamos contentos; hemos cumplido nuestro objetivo pero, como siempre, algo falla. Y el fallo no es otro que la niebla, que se nos aproxima.

Teníamos pensado bajar del Puigmal por el torrent de la Coma de l'Embut hasta Núria, y de ahí, coger el GR-11 hasta encontrarnos con la variante del GR-11.8, transitando por éste último hasta llegar a la collada de Fontalba. Resumiendo, queríamos hacer un itinerario circular. Pero puesto que la niebla se nos echaba encima, decidimos abandonar la opción circular, puesto que no íbamos a poder ver nada y el camino no nos lo conocíamos, bajando del pico por donde habíamos subido.

Y aquí acaba el recorrido de esta nueva excursión. Hemos podido observar el precioso valle de Núria y sus montañas en dos recorridos distintos, que nos han dejado una maravillosa sensación de la belleza natural que tiene esta parte catalana del Pirineo.

Como maravillosa sensación es la que tendremos unas horas después, disfrutando de una fresca cerveza en una terraza del precioso pueblo de Ripoll. Porque, ¿qué hay mejor que un buen "zumo de cebada" después de una buena caminata?.

DATOS RUTA



Tiempo empleado >>> 2,23 horas



ACCESO

Desde el municipio de Ribes de Freser tomamos la carretera que se dirige a Queralbs (GIV-5217) durante casi 1 kilómetro.

A partir de aquí, la carretera pasa a ser una pista forestal asfaltada (en muy buenas condiciones), la cuál nos llevará a Queralbs, recorriéndola durante prácticamente 6 kilómetros sin pérdida ninguna.

Los cruces que nos encontraremos durante el trayecto (todos asfaltados, creo) serán los siguientes: el primero y el segundo hacia Batet, los dos por la izquierda; el tercero, hacia Vilamanya también por la izquierda y el cuarto, a la derecha, hacia el Serrat. Ninguna de estas bifurcaciones cogeremos. Creo recordar que todas están señalizadas.

Durante nuestro recorrido atravesamos el torrent de Batet, el riu Maçanell, el Freser en dos ocasiones, el torrent de Toses, un canal de agua, nueve barrancos o arroyos estivales y el tren de cremallera, en dos ocasiones junto con una vía de tren.

Una vez llegado a Queralbs, nada más entrar en el pueblo, tomamos la pista asfaltada que nos sale hacia la derecha en dirección a Fontalba (señalizado). La seguimos durante prácticamente 2 kilómetros, momento en que dicha pista cambia el asfalto por la tierra, teniendo que continuar por ella durante algo más de 9 kilómetros hasta llegar al final de la pista, en la collada de Fontalba.

Durante este trayecto nos saldrán un par de pistas asfaltadas a mano izquierda y un camino a mano derecha; no tomaremos ninguno de los tres, prosiguiendo por la ancha y clara pista. En este tramo atravesaremos un barranco o arroyo estival en 5 ocasiones.

Una vez llegado al final de la pista de tierra, en la collada de Fontalba, buscaremos un lugar donde estacionar nuestro vehículo, debiéndolo dejar en los laterales del camino, lo más cercano al borde posible y bien estacionado, puesto que no existe ningún lugar habilitado como aparcamiento.