IBERIA NATURA

Dicen que hace muchos años, una ardilla podía cruzar la península Ibérica de lado a lado sin bajarse de los árboles. Eso hoy en día, a cambiado bastante.
Pero tenemos la satisfacción de contar con el país de mayor biodiversidad de flora y fauna de todo el continente europeo.
Más del 12% del territorio español está protegido por alguna denominación como Parque Nacional, Parque Natural, Reserva Natural, Paisaje Protegido, etc. Eso supone la protección de más de 6 millones de hectáreas terrestres y más de 254000 hectáreas marinas.
Es maravilloso caminar por alguno de estos espacios y observar el vuelo de un águila imperial; el ruido de un arroyo precipitándose por una cascada; el escándalo de la berrea producida por el celo del ciervo; el cambio de color de los hayedos en otoño...
Por todo esto y más, me lancé a crear este blog, para que a las personas que les guste caminar y observar la fauna y flora, sepan donde están los rincones naturales más bellos de este increible país de contrastes.
NO SOLO LOS HOMBRES HABITAMOS ESTE PLANETA.
¡¡¡CUÍDALO!!!



27 marzo 2009

CAMINO de AGUAS

En esta ocasión, vamos a disfrutar de una de las excursiones más fáciles de toda la Comunidad Valenciana, la cuál finalizaremos en el "nacimiento" del río Vinalopó, la font de la Coveta.

Partiendo desde la alicantina ciudad de Banyeres de Mariola nos dirigiremos hasta el Mas d'Ull de Canals, edificio que alberga el centro de información del Parc Natural de la Serra de Mariola.

Es en este edificio donde comienza la excursión. Partiremos en la dirección que llegamos al centro de información con nuestros vehículos, hasta encontrarnos con la primera bifurcación, que tomaremos a mano izquierda.

Como en todo buen itinerario señalizado de los parques naturales de la Comunidad Valenciana, seguiremos al "pajarico", ese ave tan característico que en los momentos de duda, nos guiará siempre por el camino correcto.

A partir de aquí iremos recorriendo un ancho camino. Giraremos hacia la izquierda, atravesando el barranc de Vit de Canals y como bien acabo de decir, tendremos que seguir por un ancho camino; todos los caminos que nos puedan salir a derecha o izquierda, llevan a fincas particulares. De todos modos, en los cruces que nos puedan gererar alguna duda, nuestro "pajarico" nos la solventará.

Tendremos que prestar atención a los coches que circulan por el camino, ya que sobre todo en Domingo y cuando el tiempo acompaña, muchos de los propietarios de las fincas, van a pasar el día en sus casas de campo.

Mientras continuamos por nuestro camino, podremos observar una diferencia de terrenos. El de la izquierda, está dominado por huertos y cultivos, sobre todo olivos y almendros. Y en el otro lado, el derecho, observamos la masa forestal principalmente representada por matorral y pinos carrascos, escasos, devido al incendio que ocurrió aquí en el año 1994.

Y entre vistazo y vistazo, charla y charla, notaremos cada vez más cerca la presencia de agua, ya que por la parte izquierda veremos como los árboles característicos de cauces húmedos baten sus hojas al viento y empezamos a escuchar el rumor del agua.

Vemos que el camino se dirige a la izquierda, hacia un tipo de fábrica, siendo ésta un antiguo molino, el molino Campana.

En sus inicios, fue construido para ser un molino de harina; un siglo después, pasó al sector papelero (era famoso por su papel de fumar) y en sus últimos años, se destinó para el sector textil.

Continuaremos nuestro recorrido, ahora ya paralelos al río, hasta encontrarnos con otro edificio, éste mayor que el anterior, llamado las fábricas de Blanes.




Estas fábricas fueron en sus inicios molinos de harina para después reconvertirse al sector papelero. Casi tres siglos de historia, tanto estos molinos como el anterior, han ido adaptándose a diversos sectores industriales. Casi oculta por la vegetación, la chimenea de Blanes disputa en altura a los árboles adyacentes.





Nuestro trayecto cambia de rumbo. Tendremos que girar a la izquierda, una vez pasada la fachada de las fábricas de Blanes, atravesando el río Vinalopó, que por vez primera podemos tocar en nuestra excursión y seguimos la senda que continuando el curso del río a contracorriente, nos llevará paralelo al bosque de ribera.


Las cristalinas aguas del río Vinalopó y su gran riqueza de flora de ribera nos abstraerá durante unos minutos hasta cruzar el cauce por un coqueto puente de piedra.


Una vez en el otro lado del cauce, sobrepasamos un trozo de terreno no muy marcado por las pisadas, pero que no tiene perdida posible, ya que nos dirigimos hacia el nacimiento del río.

Después de atravesar este trozo de terreno, seguimos de frente, por una especie de camino hasta llegar a la font de la Coveta, "nacimiento" del río Vinalopó, situada en una pequeña cavidad a nuestra derecha.

Y me refiero a "nacimiento" porque según la tradición popular, éste es el lugar en el que nace el río. Pero no es así, ya que científicamente está demostrado que el río nace bastante más lejos, en dirección nordeste.

De todas formas, este manantial de agua nunca se seca, siendo éste uno de los principales motivos como para que todos los mortales podamos asegurar que estamos en el nacimiento del río Vinalopó.

Continuaremos de frente hasta que el camino desaparece y se convierte en senda, subiendo unos cuantos bancales con el fin de visionar un poco de historia de esta zona alicantina, el castell del Vinalopó.

Aquel que quiera subir a visitar el citado castillo, es libre de hacerlo. No lo recomiendo, ya que si no me equivoco, está en ruinas.

Volvemos sobre nuestros pasos hasta la font de la Coveta. A la sombra de varias encinas, podremos tomarnos un descanso.

Una vez nos hayamos relajado con el murmullo del agua y el canto de las aves, continuaremos nuestra excursión por donde habíamos venido.

Hay una zona del río en el que los amantes de los baños en los ríos (en los que me incluyo), podeís refrescaros. Está en el único gran desanche a mano derecha que vemos desde la font de la Coveta. El agua está fría. Quien avisa no es traidor.

No atravesaremos por la senda por la que vinimos. Justo cuando empieza el trozo de terreno que anteriormente había citado, nos dirigiremos hacia la izquierda, para coger el camino que girando hacia la derecha, nos llevará nuevamente hacia la fábrica de Blanes y desde allí, seguiremos el camino que nos había traído hasta aquí, que finaliza en Mas d'Ull de Canals.

Hemos completado una excursión cómoda y fácil, que nos ha llevado a observar los distintos tipos de uso que antaño tuvieron unos molinos regados por la pureza del agua del, posiblemente, mejor conservado río alicantino en su curso alto, dentro de la maravillosa sierra de Mariola.

DATOS RUTA


Tiempo empleado >>> 1,36 horas

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ACCESO

Desde Banyeres de Mariola tomamos la carretera que se dirige a Alcoy (C-3313).

A casi 4 kilómetros, cogemos una pista asfaltada que nos sale a mano izquierda, la cual está señalizada por indicadores hacia el Parc Natural de la Serra de Mariola y el edificio de Mas d'Ull de Canals.

12 marzo 2009

RAMBLA de PEREA

Dicen que la Región de Murcia es un lugar árido y seco. A esas personas que lo afirman, no les faltan la razón, ya que es la zona de España más expuesta a la aridez junto con Almería y Alicante.

Pero a esas personas, habría que decirles que también en la región murciana existen lugares donde el agua es protagonista. Y uno de estos parajes es el conocido como Fuente Caputa, cerca de la aldea murciana de Yéchar. Todo el mundo conocedor de este paraje, desde época romana, afirma que jamás estuvo seco.

Nuestra excursión comenzará unos metros antes del final de la pista asfaltada que desde la carretera que une Yéchar y Mula nos conduce al embalse de la Cierva, en una explanada junto a un edificio semiderruido. Aquí es donde dejaremos nuestros vehículos, y comenzaremos a caminar por la pista asfaltada que nos ha traído hasta aquí, en dirección hacia la carretera que une Yéchar y Mula.

A los pocos metros, un camino nos saldrá por la izquierda procedente del embalse. Si mal no recuerdo, la pesca está permitida pero el baño está prohibido. De todas formas, nuestro camino sigue siendo el asfaltado. Cuando hayamos terminado el pequeño ascenso y comencemos el descenso por la pista asfaltada, otro camino nos saldrá por la izquierda. Este si que lo cogemos y será nuestro camino principal, ya que éste, es el que se dirige hacia una de las pozas de la rambla de Perea.

Seguiremos andando por el camino principal, desechando cualquier camino que nos salga a izquierda o derecha, hasta cruzar el túnel que atraviesa la autovía C-415. Una vez atravesado, continuaremos nuestro camino, el cuál gira hacia la izquierda, habiendo dejado atrás un camino que nos salía a mano derecha.

Continuaremos nuestro trayecto, ahora caminando por el cordel de la Huerta. Este es un terreno con cultivos, principalmente olivos y almendros. Siempre en ligero ascenso, a los pocos minutos cogeremos un camino que sale por la izquierda, junto al cual hay una señalización de la Confederación Hidrográfica del Segura de prohibido el paso.

Siguiendo por éste camino, también en ascenso, nos damos cuenta de que los terrenos de cultivos han dejado paso a la masa forestal. Por la parte izquierda, podremos contemplar una buena vista del embalse de la Cierva y del castillo de Mula.

Aconsejo que esta excursión se realice a primera hora de la mañana, ya que en Verano, el calor nos puede jugar alguna mala pasada, puesto que en esta zona murciana, las temperaturas son muy elevadas. Lo digo por experiencia. Alguien que conozco lo pasó bastante mal con el calor.

Seguiremos por el camino hasta encontrar un edificio, junto al cuál hay un pequeño pinar.

Éste es un antiguo edificio de la Confederación Hidrográfica del Segura. Es un sitio estupendo para descansar y tomar algo, ya que a partir de ahora nos tocará descender.

Continuaremos, una vez descansado, por el camino que en contínuo descenso nos llevará hasta el nacimiento de la rambla de Perea. Poco antes de que el camino termine, veremos en la parte derecha una de las pozas que nutre la rambla de Perea.

Llegamos al final del camino y en el puente que une nuestro trayecto con la cañada real de Calasparra, vemos a la izquierda una surgencia de agua. Este es el nacimiento de la rambla de Perea, que a continuación vamos a recorrer por una senda.

A partir de ahora, hay que seguir el curso del agua. En la gran explanada existente al lado del puente, seguiremos nuestro trayecto por una senda paralela al cauce de la rambla.



A los pocos minutos nos encontraremos con la primera de las pozas, la cuál ya habíamos visto antes desde el camino.




Si queremos, tenemos la opción de bañarnos pero mi consejo es que esperemos el tan ansiado baño para unos minutos después.


Continuaremos por la senda, rodeada principalmente de carrizos, juncos y sobre todo, de adelfas, en un entorno precioso acompañados por pinos carrascos.



La senda es inconfundible, ya que no circula otra paralela a la rambla. Unos minutos después, la rambla gira hacia la izquierda, y nosotros con ella, aunque a partir de aquí, la senda desaparece.

No habrá problemas de orientación, ya que siguiendo el cauce de la rambla, nos resultará imposible perdernos. Cada cuál, que escoja su camino más apropiado, ya que es una zona de montículos de piedras.

Llegaremos hasta un antiguo represamiento de agua, el cuál cruzamos y atónitos, observamos la estampa: una gigante poza de agua de color verde esmeralda. Las ganas de darte un buen baño serán intensas.

Por la parte de la derecha del represamiento de agua, hay una senda que baja hasta la orilla de la poza.

A la sombra de alguno de los pinos que lindan con la poza, dejaremos nuestras mochilas, nos quitamos la ropa y... al agua. Si nos atrevemos, podremos saltar hacia el agua desde alguna de las piedras de la pared, siempre y cuando llevemos un calzado adecuado y tengamos la plena seguridad de que no vamos a resbalar. Abstenerse niños. La profundidad de la poza es muy grande, pero siempre hay que evaluar el sitio donde se va a saltar, no vaya a ser que haya una rama o algo similar que no vemos desde la superficie y nos pueda ocasionar cualquier disgusto. Un buen sitio para realizar un salto, es donde el agua de la rambla llega a la poza mediante una pequeña cascada en cortina. Por cierto, la construcción elevada que se observa es una conducción de agua del canal del Taibilla, que si seguimos visualmente hacia la derecha, el edificio que se observa es la central eléctrica de Perea.

Una vez hayamos descansado, comido algo y hartado de bañarnos, proseguiremos nuestra excursión. Seguiremos el cauce de la rambla atravesando monticulos de piedras hasta que a los pocos metros de abandonar la poza, veremos un camino a la izquierda. Éste nace en una pequeña explanada con algún contenedor para la basura. Lo seguiremos, siempre paralelo a la rambla, acompañados por una hilera de cipreses hasta cruzar un puente que salva el cauce de la rambla de Perea.

Unos minutos después, un camino a mano izquierda nos conduciría hacia la casa de Perea pero no lo cogemos y seguimos rectos. A partir de ahora, nos iremos alejando de la rambla de Perea para al poco tiempo llegar al cruce de caminos que unas horas antes nos habíamos encontrado, entonces nos dirigimos hacia la derecha. Acabamos de completar la circular y ahora tendremos que seguir por el mismo camino que al principio de la excursión, hasta llegar a nuestros vehículos.

Una vez acabada la excursión, podremos comentar las sensaciones vividas en esta actividad, en un lugar, Caput Aquae, nombrado así por los romanos, que ya se maravillaron de esta zona hace más de 2000 años y que si entre todos ponemos nuestro granito de arena, conseguiremos que nuestros descendientes también se maravillen dentro de otros 20 siglos.

Por cierto, ¿quién dice ahora que la Región de Murcia es árida y seca?.

DATOS RUTA


Tiempo empleado >>> 2,25 horas

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ACCESO

Desde Yéchar, seguir la carretera MU-530 en dirección a Mula. Casi 4 kilómetros después, y habiendo atravesado un polígono industrial y la rotonda de acceso a la autovía C-415, nos encontramos con otra rotonda, la cuál, por la primera salida si mal no recuerdo, cogemos por la derecha una pista asfaltada que ya indica hacia el embalse de la Cierva.

Prácticamente 4 kilómetros después, y habiendo pasado por el ecoparque de Mula, llegamos a una explanada con un edificio en estado ruinoso, poco antes de que la pista asfaltada termine en la entrada al embalse de la Cierva.

05 marzo 2009

SENDA de los SIETE HERMANOS

Los "milagros" existen. Y me refiero con "milagro", a la unión de la naturaleza con la mano del hombre, sobre todo uno en particular, un cartagenero llamado Ricardo Codorníu.

El "apóstol del árbol", como por esta zona le conocen, convirtió a base de repoblaciones, sobre todo de pino carrasco, una sierra prácticamente desierta devido a las talas indiscriminadas y potencialmente peligrosa por sus riadas (ya que no había vegetación que la detuviese), en un espacio natural donde en cualquier mirador podemos observar el inmenso "mar verde" en el que este buen hombre convirtió el Parque Regional de Sierra Espuña.

Desde la murciana ciudad de Alhama de Murcia, accedemos por una de las puertas de entrada a Sierra Espuña, llegando hasta el Centro de Visitantes Ricardo Codorníu.

Desde aquí, iniciaremos nuestra excursión hasta el área recreativa de La Perdiz.

Justo al lateral derecho de la entrada al Centro de Visitantes, tendremos que coger un camino que a los pocos metros abandonaremos por la derecha, cogiendo una senda que va paralela a la pista forestal que atraviesa el Parque Regional de Sierra Espuña.

Por el camino que hemos abandonado, nos dirigíamos al Collado Bermejo por el sendero de la Umbría de Peña Apartada, una de las rutas señalizadas en el parque.






Al cabo de unos minutos por la senda, llegamos hasta el monumento a Ricardo Codorníu, el precursor de esta hermosa sierra (¡Ojo!. El sr. Codorníu es el de arriba, la hermosa hembra hispánica de abajo es mi mujer).






Con cuidado, cruzaremos la pista forestal y enfrente nuestro tendremos la casa forestal de Huerta Espuña, antigua guardería forestal.

A la izquierda podremos dirigirnos a la Fuente del Hilo por la Senda del Agua, que en una ruta circular nos dejaría nuevamente en el monumento a Ricardo Codorníu. Ésta es otra de las excursiones señalizadas del parque, llamada sendero Ricardo Codorníu, que se inicia en el Centro de Visitantes y que coincide con nuestro recorrido hasta llegar a la casa forestal de Huerta Espuña.

Nosotros iremos a la derecha de la casa forestal, seguiremos nuestro camino bajando por una senda escalonada y observando a mano derecha el vivero de Huerta Espuña.




En estas antiguas terrazas de cultivo, se llevaron a cabo las repoblaciones de toda Sierra Espuña.




Continuaremos nuestro itinerario en continuo descenso hasta cruzar el río Espuña, normalmente seco. Contemplaremos una antigua estación de aforo que se usaba para medir el nivel del agua para tomar los respectivos datos a la hora de analizar si las repoblaciones efectuadas reducían el nivel de avenida de dicho río.

Una vez cruzado el río, la senda asciende levemente hasta llegar al collado de los Siete Hermanos. Hasta llegar aquí, observaremos durante toda la subida el gran "mar verde" que tapiza toda Sierra Espuña, en su mayoría, pino carrasco.

Llegamos al collado de los Siete Hermanos, que debe su nombre a que cuando terminaron la repoblación, plantaron en este lugar siete cipreses. Con los años, éstos se talaron y en su lugar, al lado de los tocones plantaron a sus respectivos siete herederos.

Este es un buen lugar para realizar una pequeña parada.

Continuaremos, ahora ya en descenso, por la zigzagueante senda hasta que ésta se bifurca en dos. Cogemos el sendero de la izquierda, ya que de frente seguiríamos hasta enlazar con el sendero de El Berro, otra de las rutas señalizadas por el parque.

Vemos a lo lejos el antiguo sanatorio, lugar en el que hace muchos años, internaban a los tuberculosos. Alguna historia de fantasmas que vagan dentro del sanatorio he oído por ahí.

Pasamos cerca de unas pistas polideportivas. Otra pista forestal nos acompañará paralelamente a partir de ahora hasta el final de nuestra excursión.

Tenemos la opción de abandonar el sendero y a los pocos metros, contemplar la imagen de la Virgen del Pilar, al borde de la pista forestal.

Seguimos por la senda y al cabo de unos minutos llegaremos al área recreativa de La Perdiz, atravesándola hasta llegar a la pista forestal, fin de nuestra ruta que nos ha llevado por uno de los enclaves naturales más mágicos de toda la geografía española, ya que poniendo de nuestra parte, la madre naturaleza siempre nos brindará una segunda oportunidad, renaciendo una zona en la que muchos de nosotros, como yo, viendo las fotografías de la sierra anteriores a la reforestación, no nos pudimos creer que esta zona estuvo en tal malas condiciones.

Gracias a gente como Ricardo Codorníu, nuestra generación, en el siglo XXI, podemos disfrutar de la naturaleza, como este "milagro" llamado Parque Regional de Sierra Espuña, pulmón verde de la Región de Murcia.

DATOS RUTA

Tiempo empleado >>> 54 minutos

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ACCESO

Desde Alhama de Murcia, tomar la carretera que se dirige a Pliego y Mula (C-3315).

Poco más de 3 kilómetros y en una curva a la derecha, tomamos la pista forestal a la izquierda y que ya señaliza hacia el Parque Regional de Sierra Espuña.

Siguiendo por el asfalto y algo más de 9 kilómetros después, nos dejará en el Centro de Visitantes Ricardo Codorníu.